El dueño de un negocio debe conocerlo muy bien y estar comprometido con él. Debe ser un líder con la firmeza suficiente para poder llevar las riendas de su empresa y de su personal pero al mismo tiempo tener la humildad y sencillez para buscar aprender, mejorar sus habilidades y escuchar a sus colaboradores.El dueño de un negocio tiene una gran responsabilidad y por lo tanto se enfrenta a altos niveles de estrés, por lo que debe llevar una vida balanceada. La salud, el crecimiento personal, la familia y las actividades recreativas son tan importantes como el desarrollo profesional y el éxito financiero. El dueño de un negocio sobre todo, debe ser tenaz y muy perseverante, sin llegar a ser necio o intransigente. Debe tener ética y valores sólidos para llevar a cabo acciones que busquen el bienestar común y que no atropellen los derechos de otros, al medio ambiente, la ley o sus propios principios.
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